Desde la irrupción del Internet, el paradigma de las ventas se ha reescrito por completo, introduciendo canales significativamente dispares entre sí, que han dividido los procesos en un hemisferio digital y en un hemisferio físico. Hoy es más fácil que nunca fusionar estos dos mundos, y no tiene por qué suponer un aumento en los precios.
Previamente a esta irrupción del Internet, el comercio minorista giraba en torno a la realización de pedidos por catálogo, y a las tiendas físicas. Durante mucho tiempo, las marcas trataron el comercio online como un negocio separado de su propia red de distribución. En este tiempo, la mayoría de las empresas han caído en la cuenta de que, aunque el cumplimiento de pedidos omnicanal implica procesos que son complejos y multiformes, al fin y al cabo los clientes sólo buscan una experiencia satisfactoria y consistente.
Al sentir la presión por llegar a los resultados esperados, las empresas se apresuraron a impulsar su experiencia de cliente. Pero, a menudo, esto implica un gran costo, y compromete la excelencia operativa. Esto es en parte porque muchas de estas empresas ya contaban con procesos establecidos que estaban segregados, usando una multitud de asociaciones empresariales y sistemas diferenciados. Las operaciones aisladas no son ideales para crear esta experiencia unificada que buscan.
Como si fuera un truco de magia, fusionar distintos mundos sin desconexiones, interrupciones o discrepancias es difícil de conseguir. Crear una ilusión de unidad, sin fisuras en el proceso de cumplir con los pedidos requiere de una agilidad y habilidad impecables.
Aquellos líderes que reconocieron adónde se dirigía la industria, se propusieron llegar primero. Estos pioneros forjaron innovaciones para lograr esta fusión, creando sistemas como el de la “compra en línea y recoge en la tienda” (“BOPIS” o “Buy online, pick-up in store”). Otras innovaciones fueron aquellos que ofrecen un mayor acceso al inventario, con opciones de entrega gratuita a domicilio para artículos agotados o voluminosos.
Para lograr esta ilusión de unidad, las empresas deben ser estratégicas en relación a sus ubicaciones de almacenamiento, y también deben tener una visibilidad en tiempo real y precisa de su inventario y sus procesos. Esto es necesario en un ecosistema en el que los clientes envían, intercambian y devuelven pedidos en diferentes ubicaciones, y desde múltiples canales. La solución más obvia para unificar los procesos, es usar una estrategia omnicanal con una sola plataforma que incluya los productos en tránsito, que a la vez esté al tanto de la disponibilidad, y que optimice el origen y la ruta de los artículos en todo momento. OMNIX es una plataforma SaaS, una solución omnicanal que gatilla acciones para mantener la continuidad operacional, y lo logra porque justamente integra todos los procesos en una sola plataforma, otorgando una visibilidad del flujo de datos en tiempo real.
Las cadenas de suministro, formadas por redes de empresas que confían entre sí para abastecerse y cumplir con los pedidos, no pueden tener en cuenta todos los requisitos, limitaciones y circunstancias de los clientes. Necesitan adoptar sistemas de gestión tales como el que ofrece OMNIX porque justamente proporciona visibilidad, control y análisis a diferentes niveles, incluyendo a un nivel granular. Así, las empresas no tienen que ocuparse de resolver los problemas que la desconexión entre el mundo físico y el digital genera, porque una plataforma como la de OMNIX permite que puedan modelar dinámicamente sus redes en función de todas las necesidades y limitaciones dadas, creando una “microcadena de suministro”, optimizada para cada pedido. Con la tecnología actual, las marcas hasta pueden ofrecer opciones de entrega personalizadas para cada cliente, sin importar el canal, y aumentar así su propia eficiencia a la vez.
De nuevo, independientemente del canal de ventas, ya sea online o físico, las empresas que inviertan en estas plataformas podrán siempre abastecerse en la mejor ubicación y elegirán las mejores rutas posibles, con los mejores transportistas para optimizar la ruta del pedido. Al ser un proceso continuo en tiempo real, se adapta inmediatamente y reoptimiza el flujo cuando las condiciones o requisitos cambian.
Además, más allá de mantener una experiencia uniforme y consistente para el cliente, al converger sistemas y flujos, se permite una mejora en la excelencia operativa porque introduce más oportunidades de división y consolidación de pedidos. Más que nunca, hoy en día plataformas unificadas como la de Omnix facilita que las empresas ofrezcan una total transparencia sobre los pedidos, por medio de actualizaciones de estado, comentarios, y también a través de sus tiendas online.
La convergencia de los mundos físico y digital es algo inevitable, y OMNIX ofrece una solución para que esto ocurra de forma efectiva y sin interrupciones. Los software inteligentes y las plataformas unificadas permiten ahora a las empresas adaptar sus cadenas de suministro para equilibrar tanto las demandas de los clientes, como las del negocio.